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¿Qué necesita Puerto Rico?

Advertencia: Si no está dispuesto a leer esta columna con la mente abierta y libre de fanatismo; hágase un favor y no la lea. Solus Lupus News es un foro de discusión de ideas serio y no un fotuto de ningún candidato. 

Twitter: @Solus_Lupus_PR

26 de agosto de 2015

Interesante la pregunta que titula esta columna, y quizás ya haya muchos de ustedes allá afuera que ya se hayan hecho la misma. Se que muchos no lo han hecho, quizás guiados por sus fanatismos en sus diversos partidos, o simplemente por que prefieren el camino fácil de que les digieran la información y que alguien tome esa decisión por ustedes. Yo espero que ese caso sean los menos existentes, pues aunque admito que aunque no soy muy positivo, muy en el fondo guardo la esperanza de que hay solución y que Puerto Rico sabrá escoger.

Por décadas el pueblo de Puerto Rico ha votado por costumbre, por el que más “good looking” sea, por el más que promete, por la ascendencia de los candidatos, o por cualquier otra razón excepto la Razón misma. Por años hemos visto como el pueblo ha votado por caras y cuerpos, pero no por cerebros. Ha votado por que aquel le dió trabajo a algún familiar; quizás un hijo, un sobrino, un padre o tío. El pueblo ha votado por que tal o más cual es hijo de aquel gobernador de antaño. El electorado ha votado por que el candidato es hijo de el fallecido alcalde o de un ex-alcalde tal o más cual. Incluso algunos han votado para “castigar” a un candidato o partido. El problema amigo lector, es que hemos votado por las razones incorrectas y a veces en los peores momentos posibles.

Es verdad que en el ejercicio de la democracia, de la cual el derecho al voto mismo es el más importante componente, por décadas hemos hecho un mal uso del mismo. A veces las decisiones tomadas en las urnas nos han salido bien, otras lamentáblemente no han sido así. Estos últimos 2 años y medio han servido para darnos cuenta de cuan importante es saber votar y hacerlo por las personas más indicadas. Alejandro García Padilla es el vivo ejemplo de un candidato que nunca debió ser gobernador. Es el vivo ejemplo de que no todos los aspirantes deben llegar a una papeleta. Es el vivo ejemplo, de que un incapaz puede hacerle mucho daño a un pueblo, si tiene cara linda, muchos millones y unos buitres detrás de su candidatura, para agenciarse del dinero público y nada más.

Es por esto que escribo está columna para que los lectores “deep inside” se hagan varias preguntas. ¿Qué necesita Puerto Rico? ¿Puerto Rico necesita un gobernante con muchos mogules detrás? ¿Necesita Puerto Rico un líder con agallas para tomar decisiones importantes aunque resulten antipáticas? ¿Cuales son las características que debe poseer nuestro futuro gobernador? ¿Ese candidato o aspirante a candidato tiene lo que Puerto Rico necesita?

Pero volvamos a la pregunta inicial; ¿qué necesita Puerto Rico? Pues amigo lector, aquí les indico lo que entiendo, no necesita Puerto Rico. Puerto Rico no necesita a un candidato que prometa mucho. Puerto Rico no necesita un político tradicional. Puerto Rico no necesita alguien que baile en tarima, o que corra “four tracks”, o que haga jeepeadas. Puerto Rico no necesita un candidato superficial, que se circunscriba a unos “bullets” predeterminados por un asesor con los colmillos bien largos y unos intereses millonarios. Puerto Rico no necesita un candidato que se esconda al menor indicio de problemas, o que lo carguen otros candidatos. 

En tiempos de vacas gordas, hasta un imbécil puede gobernar. Pero Puerto Rico no vive un momento de vacas gordas, sino todo lo contrario. Puerto Rico vive una quiebra económica como la de la depresión de los 30’s, pero con ayudas federales, lo cual es lo único que ha impedido que el pueblo tome las calles a la fuerza y por las armas. Puerto Rico tiene hoy en Fortaleza a un imbécil que llegó por que lo cargaron a fuerza de promesas muchos mogules y hoy pagamos bien caro el precio de una mala decisión.

Puerto Rico en el 2017 no será un Puerto Rico fácil de gobernar. El candidato que gane se encontrará el peor desastre económico que cualquier gobernador del pasado jamás haya visto. Puerto Rico se encontrará sin dinero, sin crédito, sin esperanza, pero lleno de periodistas ávidos de culpar a la nueva administración por los horrores de la administración actual. Puerto Rico tendrá nuevamente a los Tito Kayak paralizando cualquier obra. Tendrá a los Casa Pueblo impidiendo el progreso en infraestructura necesario para sacar del hoyo a Puerto Rico. Estarán nuevamente presente los Calle 13 llamando por sabe que nombre al gobernante de turno. Tendremos nuevamente al Colegio de Abogados, abogando por cualquier revoltoso que aparezca.

Puerto Rico no necesita “slogans” prefabricados. No necesitamos otro “Habla pueblo habla”, o un “La casa de todos”, o “Gobierno para la gente”. Tenemos como pueblo que aprender a ver más allá de frases bonitas. Miren hasta donde nos han traido esas frases agradables, esas imagenes rebuscadas, esas poses polícamente correctas, esas sonrisas que esconden las verdaderas intenciones o la ausencia de ellas. Una vez escuche a alguien decir que si uno quiere saber si alguien es de fiar, hay que mirarle las manos. Si estas están llenas de callos, quiere decir que es trabajador y se puede confiar en él o ella. Eso tenemos que hacer. No solo mirarle las manos, sino mirar su obra, su trabajo, su empeño; y de entre todos los anuncios, pautas y entrevistas; poder ver el ser humano debajo de la imágen que nos quieren vender.

Es por eso que Puerto Rico necesita un administrador, no un político con ojitos claros y sonrisa Colgate. Puerto Rico necesita a un gobernante que no le tiemble el pulso ni la voz, para incluso parar en seco a los sectores de la prensa que quieran detener cualquier obra que se haga por el bien de la isla y del pueblo. Que sepa detener a los grupos mediáticos, que sepa cuando hacer y cuando aceptar que se erró. Un gobernante que tenga sustancia, que no hable en puntos grises. Que le llame al pan, pan y al vino, vino. Que tenga profundidad de carácter. Que no sea fabricado. Que no sea un gobernante “one size fits all”. No tiene por que saber de todo, pero debe saber a quienes tener a su lado, para que le complementen sus puntos débiles. Que tenga experiencia proba en manejar situaciones difíciles, que posea la integridad necesaria para admitir errores y la capacidad para recoger vela si algo sale mal. Debe ser un gobernador que sus credenciales permitan ver cuan estable ha sido y cuan estable sería desde el Palacio de Santa Catalina. Que sepa respetar la voluntad del pueblo en las urnas el pasado 6 de noviembre de 2012 que escogió la Estadidad por un 61% y que ponga la acción donde ponga las palabras. Pero también debe ser un gobernante que refleje credibilidad, confianza y que los entes financieros vean en ese nuevo gobernante, a alguien que sabe hacer lo que hay que hacer para sacar a Puerto Rico hacia adelante.

No voy a mencionar nombres, pues ese no es mi propósito. Cada cual tiene la responsabilidad de hacerse las debidas preguntas y seleccionar; ya sea en primarias o en la elección general; a ese candidato que llene cabalmente los zapatos del gobernante que Puerto Rico necesita. Que sea un gobernante para todos, y que logre sacar a Puerto Rico del hoyo en el que Alejandro García Padilla, Jaime Perelló, Eduardo Bhatia y el resto del combo en el poder, nos han tirado. Solo espero que el pueblo sepa elegir a ese nuevo gobernante y que no tengamos otro mal sabor como el que hemos tenido en este cuatrienio.

Twitter: @Solus_Lupus_PR

2 thoughts on “¿Qué necesita Puerto Rico?

  1. Muy de acuerdo con sus planteamientos. Esperemos que este pueblo sepa elegir bien y que sepa ver más allá de las palabras y promesas del candidato.¡Saludos!!!!

  2. Pingback: Escritos de Solus Lupus Sobre Puerto Rico y su Futuro – Sacríficate Horas Por Tú Patria Puerto Rico y Tú Nación USA | Estado51PRUSA.com — PR sin USA, No es PR; USA sin PR, No es USA.

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