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Hay muchos locos

Twitter: @Solus_Lupus_PR

17 de febrero de 2016

Amigo lector, hay mucho loco, no solo en Puerto Rico, sino en todo el mundo. Desde que el mundo es mundo, han habido locos. Hoy gracias a la medicina, se les ha puesto nombre a diferentes locuras y gracias a la tecnología nos enteramos más rapidamente de los locos que se dan a conocer. Pero lo que si parece ser un hecho irrefutable es que parece haber más locos sin diagnosticar, que aquellos diagnosticados, medicados o tratados.

Este escrito no pretende ser una tesis doctoral en medicina, sino una simple visión de aquello que veo y persivo. Tampoco pretendo ser políticamente correcto en mi uso del término “loco”. En días recientes en una conversación con un compatriota de “main land” Estados Unidos, estuvimos conversando por horas de política. Si aquí el deporte nacional es la política; en los Estados Unidos continental no se queda atrás, aunque luego del Football y la NBA. Le contaba a mi amigo, los 3 años de desastres que nos ha tocado vivir por malas decisiones electorales y como las acciones de este gobierno escapan toda lógica, ya sea debido al gobernador, sus legisladores, o los jefes de agencia. Las acciones de Alejandro García Padilla, Jaime Perelló, Eduardo Bhatia, Melba Acosta, Alberto Bacó, y otros; bien parecen locuras o acciones de mentes desajustadas que durante lo que va del cuatrienio, solo le han traído dolor y desgracia a este pueblo. Recuerdo que luego de contarle lo que ha estado pasando a mi amigo, este me dijo que no me preocupara, que quizás nosotros tengamos a un Alejandro García Padilla, pero que ellos tienen allá a un Donald Trump. Luego de una carcajada, tuve que admitir que es cierto. Trump se encuentra al frente en las encuestas por un amplio margen, y el Partido Republicano tiene grandes probabilidades de llegar a la Casa Blanca y copar en el Congreso. Luego del fiasco que ha resultado la presidencia de Barack Obama, y de los escándalos de seguridad nacional en los que Hillary Clinton ha estado envuelta, es poco probable que el Partido Demócrata gane la presidencia o control del Congreso. Si ganara la primaria republicana el señor Donald Trump, eso pondría a un loco ególatra en Casa Blanca. Dios se apiade de Estados Unidos y del resto del mundo. Pero si hay locos en los Estados Unidos, los hay por ejemplo también en Venezuela con un presidente como Nicolas Maduro que alega que Chavez se le aparece a él y le habla en forma de pajarito. O quizas Kim Jong-un en Corea del Norte que si un general le cae mal, lo manda a fusilar con un tiro de un tanque de guerra. También tenemos el caso de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo presidente de Guinea Ecuatorial, que se autoproclamó “Dios de su país”.

Ahora bien, si bien es cierto que hay locos en la política, peor y más preocupante es que haya tantos locos que los sigan. Para que un loco gane en la política o llegue a una posición de poder o liderato, debe tener muchos locos detrás que lo respalden, y eso es aún peor. Y mi gente, tanto en el mundo, como en Estados Unidos continental, como en Puerto Rico hay mucho loco; y muchos locos que los siguen. Los hay en los dos partidos nacionales, pero los hay en los partidos locales e incluso en uno que otro candidato independiente, como en las iglesias, asociaciones, etc… Pero para demostrarle que hay mucho loco que sigue ciegamente a los políticos, tomemos el caso de los que marcharon para que nos impusieran un IVU de 7% en vez de uno de 5.5%. Fueron miles los presentes debido a la convocatoria de un político corrupto como Anibal Acevedo Vilá. O como aquel caso de la señora que vitoreaba a David Bernier en Cagüas, que cuando la reportera le preguntó porque lo aplaudía dijo que era el que mejores propuestas tenía. Pero cuando la reportera le preguntó cuales eran esas propuestas, dijo que no la escuchaba bien. Era claro que como foca amaestrada, aplaudía y decía lo que decía sin haberse puesto a pensar, sin analizar, con la cabeza vacia, solo porque alguien la mandó a estar allí o si fue de forma voluntaria, poco le importaba la sustancia del candidato. Amigos lectores, como esa señora, asi hay muchos, locos y locas que siguen ciegamente y que no pueden o no quieren pensar profundamente el porque siguen a quien siguen. Y eso pasa en muchos sectores, partidos, religiones, asociaciones, etc…

Pero que define un loco en la política o en cualquier otra faceta. Bueno, aquel que presenta ideas descabelladas o hablan incoherencias, como el caso del muro que quiere contruir Donald Trump para evitar la entrada de inmigrantes ilegales por México, o el registro de musulmanes que ha sugerido, o hasta el quitarle la ciudadanía americana a los puertorriqueños (esto no es tan descabellado pues bien puede hacerlo, aunque es poco probable). Estos y otros casos son algunos ejemplos de locura. Que él tenga los números que tiene en las encuestas, es preocupante, pero si eso se traduce en votos, mis amigos, hay un gran problema de salud mental en la metrópoli.

Acá tenemos además de a Alejandro García Padilla, ejemplos como Manuel Natal que siendo independentista dentro del Partido Popular, es delegado del Partido Demócrata. Eso es el colmo del ridículo y la manifestación mayor del “happy colonialist” y de como un independentista abochornado, es capaz de una locura. Pero asi tenemos también a Carmen Yulín, Luis Vega Ramos, Tatito Hernández, y otros. O escuchar a un Carlos López alcalde de Dorado decir que debido a los errores de Alejandro García Padilla debiamos los puertorriqueños darle la oportunidad de gobernar cuatro años más, o escuchar las cantinfladas de David Bernier que dice algo y no dice nada. Pero locos y seguidores aún más locos hay en otros partidos y en candidaturas independientes. De que los hay, los hay. Chequeen las redes sociales y verán cientos de ellos.

En fin amigo lector que esa conversación con mi amigo de “main land” me abrió los ojos, aunque no es como que descubrir América o una Epifanía; pero me puso en perspectiva que no somos el ombligo del mundo a nivel de locura, y además me hizo ver que mas allá de nuestras costas hay locos también. Quizás no sean tan floridos como los Tito Kayak, o los Chuchin, los Jesucristo hecho Hombre, los Jovani o los Alejandros de la vida; pero los hay que usan peluca como Trump. No todos los locos están en los manicomios, en sectas, asociaciones, o en la política. Hay muchos sueltos, sin diagnosticar y sin identificar. Tomemos nota mi gente.

Twitter: @Solus_Lupus_PR

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