Home

P de C 2258: Muerte Digna o Suicidio Asistido

Twitter: @Solus_Lupus_PR

26 de enero de 2015

Puede que para muchos de mis lectores les sorprenda esta columna y su tema, pero de vez en cuando es bueno salirnos de la caja en la que vivimos, y sumirnos en discusiones que de inicio pueden parecer sin importancia o trascendencia, pero que las repercusiones de las mismas pueden ser muchas e inimaginables.

Comenzaré indicando que esta columna no pretende atacar el proyecto del representante Ángel Matos, o por el contrario defenderlo. Con este escrito pretendo solamente exponer lo que explica el proyecto, explicar lo que se ha legislado a nivel mundial, y brindarle al lector la oportunidad de analizar profundamente el tema y que sea el mismo lector, quien llegue a sus propias conclusiones. Eso no quiere decir que dejaré a un lado mi parecer, sino que lo expondré al final del escrito de forma tal que no prejuicie al lector.

A finales de diciembre del año pasado, el representante Ángel Matos presentó el P de C 2258, proyecto de Ley de Muerte Digna para Pacientes con Enfermedades Terminales. El mismo fue presentado en receso, y está siendo evaluado en la presente sesión legislativa. Según expone el representante en su proyecto, el mismo crearía el derecho al individuo que sufre una enfermedad terminal a poder terminar su sufrimiento. El representante Ángel Matos expone en el mismo que varios países y estados cuentan con leyes que permiten el suicidio asistido, permitiéndoles a sus ciudadanos poder disponer de su muerte con el mismo derecho que han vivido su vida. También expone que el hecho que un paciente terminal desee terminar su sufrimiento, que esto para nada debe entenderse como atentar contra su vida, sino que pretende limitar su sufrimiento y la prolongación del mismo y no causarle dolor a su familia. También estipula que la persona deberá estar en pleno uso de sus facultades mentales, no puede ser coaccionado y que debe sufrir una enfermedad terminal que le produzca dolor. También indica que un médico debe ser la persona que le provea al paciente los medios para el propio paciente disponer de su vida y terminar su sufrimiento.

En una pequeña búsqueda por el internet, me topé con que países como Holanda y Suiza tienen leyes de suicidio asistido. En Holanda por ejemplo, el tema del suicidio asistido viene comentandose desde el 1973 pero no fue hasta el 2001 que formalmente se legalizó. Dicha ley ha evolucionado, permitiendo de solo aplicarla a pacientes terminales en los que solo pacientes con sufrimiento “considerable” (sin especificar como medir esto) podían aplicar para la misma. Posteriormente se relegisló para incluir enfermedades crónicas, y luego se incluyeron personas con discapacidades, y actualmente el sufrimiento emocional o enfermedades mentales. Actualmente incluso un anciano solo y sin familia, “sufriendo” de soledad o depresión puede solicitar el suicidio asistido en Holanda.

En Suiza la ley estipula que es solo por cuestiones médicas, pero no es muy clara en sus estatutos, y esto ha provocado lo que se llama “turismo suicida”, lo que ha permitido que desde 2009 hayan viajado a Zurich más de 600 personas de diferentes países a suicidarse. Esto ha creado unos problemas éticos y morales que han sido estudiados por diversas publicaciones.

Ahora bien, el proyecto del representante Ángel Matos presentado en receso (preguntese usted porqué) estipula claramente que solo se aplicará el suicidio asistido a pacientes terminales y con sufrimiento por dolor. pero en ninguna parte del proyecto se estipula como se medirá ese dolor. Tampoco estipula cuales son las condiciones terminales. ¿Cómo determinar que enfermedad es terminal o no? ¿Cómo determinar que es demasiado dolor? ¿Cómo determinar que es doloroso para el paciente o para sus familiares?

Pero además de estas preguntas muy validas, también debemos considerar que piensan los médicos sobre esto. En el Juramento de Hipócrates claramente se especifica: “Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten…”. Entonces, ¿Cómo pretender que el estado reglamente u obligue a un médico o profesional de la salud, ayude o facilite que un paciente tenga acceso a los medios para terminar su vida? Este proyecto crea un dilema muy fuerte que debe ser ampliamente discutido por los galenos y profesionales de la salud.

Esto sin siquiera contar con la parte religiosa, ya de por si presenta grandes problemas éticos, morales y de conciencia. El problema con este tipo de leyes es como ha pasado en Holanda, que padecen del síndrome del “ya que”. ¿Y cual es ese síndrome? Sencillo, “ya que” se estipula algo, que impide que se relegisle y se siga ampliando el espectro de acción y como en Holanda, más que una ley de suicidio asistido, se ha convertido la legislación en una de eutanasia. En Holanda no solamente se suicidan asistidamente pacientes terminales, sino personas solas y con depresión, e incluso se eutanizan bebes recién nacidos por tener discapacidades. Incluso se habla que los ancianos en Holanda prefieren viajar a otros paises para recibir cuidado médico, que atenderse en Holanda por miedo a ser candidato a ser eutanizado.

Yo personalmente no creo en el suicidio. No solo por mis creencias religiosas (soy un católico practicante), sino por que entiendo que el suicidio de por si es una acción que extirpa de la sociedad a un individuo que puede aportar mucho a los demás e incluso a si mismo. Se conocen casos de personas que teniendo enfermedades terminales, se han curado, o que incluso con su ejemplo, han permitido cambios positivos a otras personas.

¿Cómo podremos como sociedad explicarle a un niño que su padre se suicidó porque padecía de cáncer, o de alguna enfermedad dolorosa? ¿Podrá ese padre o madre evitar que su ausencia le provoque dolor o problemas por su ausencia a un niño en su futuro? Pero si dejamos a un lado los niños, tomemos entonces a la hermana, la tía, la abuela, ¿Cómo manejarán la ausencia de su ser querido una vez ya no esté debido a que fue ayudado a suicidarse? O por ejemplo, ¿Estaría usted de acuerdo con tratarse con un médico dispuesto a asistir en un suicidio? Son grandes preguntas con contestaciones muchas veces muy dificiles de contestar. ¿Estamos como sociedad preparados y dispuestos a dar el paso de legalizar el suicidio asistido? ¿Estamos dispuestos a tomarnos el riesgo de una vez legalizado el suicidio asistido, que en el futuro se siga ampliando a quienes y por que aplica la ley? Dejo en sus mentes la tarea de analizar el tema y llegar a sus propias conclusiones.

Twitter: @Solus_Lupus_PR

4 thoughts on “P de C 2258: Muerte Digna o Suicidio Asistido

  1. No estoy de acuerdo a esa ley. Nuestra sociedad esta muy desmoralizada, corrupta y se presta para más corrupción.

    Actualmente son muchos los jóvenes que toman el camino de las drogas por no saber lidiar con sus problemas; ¿no tomarian el camino por muerte asistida? ¿Qué ejemplo de saber luchar en la adversidad estamos dando?

    Y por último NO, no me atenderia con un médico que ha perdido la compasión.

  2. Pingback: Eutanasia: La Muerte Dulce en Los Informantes

  3. Pingback: Solus Lupus News – Elecciones Si o No – March 3, 2016 | Estado51PRUSA.com — PR sin USA, No es PR; USA sin PR, No es USA.

  4. Pingback: Escritos de Solus Lupus Sobre Puerto Rico y su Futuro – Sacríficate Horas Por Tú Patria Puerto Rico y Tú Nación USA | Estado51PRUSA.com — PR sin USA, No es PR; USA sin PR, No es USA.

Leave a comment